martes, 2 de junio de 2009

JUGAR PUEDE SER DAÑINO PARA LA SALUD Y PARA EL PAÍS

Hace muy bien el gobierno en preocuparse de los fumadores y de sus víctimas pasivas. Hay leyes que impiden fumar en lugares públicos y cada vez se avanza más en que dichos espacios públicos no se contaminen con los fumadores. Entrará a regir la norma que obligará a las empresas de cigarrillos a colocar avisos en las mismas cajetillas con los estragos que causa el tabaco en el ser humano. Ya ahora, tienen avisos que previenen de los riesgos de fumar y eso es muy bueno.

Lo mismo ocurre con el alcohol, para lo cual se han establecido horarios para su venta y prohibición absoluta de venta a menores de edad. Asimismo, se avisa en las botellas que el consumo en exceso es perjudicial para la salud. Se penaliza el consumo cuando se maneja un vehículo y se hacen campañas constantes contra los consumidores. Inmensa labor realiza Alcohólicos Anónimos a todo nivel.

Pero hay una adicción que puede ser peor que el fumar o tomar bebidas alcohólicas. Me estoy refiriendo a aquellas personas que cada día se colocan delante de una máquina tragamonedas en los miles y miles de casinos que hoy existen en el Perú.

Según cifras de CEDRO existirían hoy aproximadamente quinientos mil ludópata y la cifra se incrementa en un 10% cada año. Nos estamos convirtiendo en un país de jugadores compulsivos y sin que nadie se preocupe del tema, por el contrario, parecería que el Estado y las Municipalidades alentaran dicha adicción.

Pocos lugares del mundo pueden lucir con vergüenza la cantidad de lugares de juego, mal llamados casinos en muchos casos, que hoy existen en nuestro país. Muy pocos países permiten el establecimiento de casas de juegos en cada esquina y en el lugar que a cada uno se le antoje. Deben ser contados con los dedos de las manos los que autorizan a que los casinos estén abiertos las 24 horas del día y no impidan jugar a personas que notoriamente no tienen recursos, sino a aquellas que ostensiblemente y de luz a luz, están perdiendo el sustento de su familia. Al contrario de lo que ocurre en otros sitios, en nuestros casinos, hay instalados cajeros automáticos que favorecen la extracción del dinero a los jugadores, incluso tiendas por departamentos tienen instalados sus cajeros y no para que puedan comprarse ropa, sino para que saquen dinero por el que pagaran un alto interés y que con toda seguridad perderán en alguna máquina.

Y las empresas propietarias de los Casinos, en comunicados que publican en los diarios, proclaman que favorecen el desarrollo del país. Claro a ellos que les pueda importar que un padre no tenga para pagar la luz o el agua, por que lo perdió jugando en sus maquinitas? O que una madre también afectada por la adicción al juego, pierda el dinero con que tenía que pagar el colegio o la universidad de sus hijos? Las empresas que ganan y ganan, no se han puesto a pensar ni un solo instante en esas personas y en el daño que se le puede estar causando a la sociedad.

Que esperan las autoridades para impedirlo?

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