miércoles, 4 de febrero de 2009

David Waisman e Ingrid Suárez: ingenieros bamba

La candidata frustrada a Contralora General de la República, Ingrid Suarez, había firmado como ingeniera sin serlo. ¿Cuando? Durante su paso por el ministerio de la producción cuando era ministro Rafael Rey, quien dicho sea de paso fue el que la propuso para contralora. Ingrid Suárez, no tuvo empacho en firmar documentos oficiales en los que aparecía un sello que decía ingeniera.

Como si no fuera más que suficiente para tener mala conducta, acompaño a los documentos sustentatorios de su presentación como candidata a contralora, un certificado de la universidad de Gijón en España, en donde nunca había estudiado tal carrera. Resultaba que apenas había visitado la universidad y en la visita, aprovechó para entrar a algunas clases que en ese momento se dictaban.

El gobierno retiró la propuesta de su nombramiento y se preparan a través de los procuradores a denunciarla hasta por 3 delitos.

Cuando entre otros que se lanzaron a la yugular de la nonata contralora, David Waisman declaró, que sentía vergüenza por que había mentido sobre su título y sus estudios, me vino a la mente cuando al propio Waisman lo descubrieron en julio del año 2005, haciendo lo mismo.

Waisman que de segundo Vicepresidente pasó a ser el primero por la renuncia de Raúl Diez Canseco, firmó en menos de un mes 76 resoluciones supremas en donde figuraba como ingeniero sin serlo. Cuando Alejandro Toledo viajaba fuera del país y lo dejaba encargado de la presidencia, Waisman firmaba nombramientos, indultos, donaciones, autorizaciones de viajes y cuanto resolución suprema le pusieran por delante y la acompañaba con un sello que decía ingeniero y así salían publicadas en el diario oficial El Peruano.

Acuciosos periodistas descubrieron, que no sólo era “ingeniero” sino que en papeles y documentos de inforcorp ya aparecía incluso con especialidad: Ingeniero Industrial. Los mismos periodistas también averiguaron que no sólo no era Ingeniero, sino que ni siquiera había terminado estudios secundarios y que sin embargo en sus papeles de la RENIEC figuraba con secundaria completa.

Como ahora, muchos salieron a decir que les daba vergüenza lo que había hecho Waisman y que no sólo debía ser denunciado penalmente como la frustrada contralora, sino que los congresistas Mercedes Cabanillas y Mauricio Mulder propusieron que se le acusara constitucionalmente. Nadie sabe por que razón ello no ocurrió.

En aquella ocasión, Waisman no dijo que había asistido como alumno libre a la universidad de Gijón, ni siquiera a la de “azángaro”, trató de culpar a los periodistas del diario oficial “El Peruano”, luego se escabulló y sus asesores decían que se encontraba fuera del país.

Varios abogados penalistas también opinaron. Luis Lamas Puccio, actual vice decano del Colegio de Abogados de Lima, señalo que Waisman era autor del delito de falsedad ideológica y Moises Tambini Del Valle, agregó otro delito, el del artículo 362 del código penal que castiga a quien se arroga título profesional o grado académico.

Ambos debieran ser medidos con la misma vara, y dedicarse por un tiempo a leer a Alfredo Bryce Echenique entre las cuatro paredes de una celda, que es donde deben terminar los ingenieros bamba.

Esperemos que en ésta ocasión, se sancione como se sanciona y persigue a los que falsifican títulos en el Jirón Azángaro y que se revise con minuciosidad las declaraciones juradas de los funcionarios públicos.

No hay comentarios.: